martes, 9 de abril de 2013

Tríptico de la Pasión.


La pasada Semana Santa, nuestro predicador el Padre Pedro Miguel Lamet publico en su blog “ El alegre Cansancio ” (http://blogs.21rs.es/lamet/) un Tríptico de la Pasión que dedico a los tres personajes que estuvieron hasta el final al pie de la Cruz: María de Magadala, Juan, el discípulo amado y María de Nazaret, su madre.

Todavía recordamos que el Triduo Cuaresmal de la Cofradía fue un homenaje dedicado por el Padre Lamet a esta triología. Las homilías terminaron con estas oraciones y poemas

ORACIÓN DE MARÍA MAGDALENA AL PIE DE LA CRUZ


Se ha hecho de noche aunque es mediodía

en este monte donde te me mueres,

oh Jesús, amor, sueño y vida mía.

Cómo siento tu sed y dueles en mi carne

donde hienden tus clavos su amargura fría

hasta romper mi alma desde tu abandono

tú que solo bondad y luz nos repartías.

 

¿No te acuerdas, Jesús, el sol que relucía

en aquella mañana que fui sola a buscarte?

El lago estaba azul  y el prado se reía

con una primavera  repleta de la gente

que buscaba al pastor con alegría.

 

Me miraste de lejos y sólo una mirada

desnudó mis entrañas  aquel día.

La angustia de mi alma se esfumaba

mientras mi ser entero se encendía.

 

Supe de pronto que amar no es ese juego

de dar placer a cambio de una orgía,

ni tomar prestado un cuerpo  por el otro,

ni recibir sin dar, ni destruir tu vida

en una dependencia que vacía.

 

Amar, Jesús, es abrazarme entera

al don gratis de irme a la deriva;

de beber en tus labios la palabra

y entregarme del todo en despedida.

Amar es, como tú, abrirme desde dentro

para hundirme en tu mar, sentir la herida

de los otros que aúllan de pobreza,

querer sin buscar jamás el ser querida.

 

Es perdonar, sentirse perdonada.

Es abrazar  de abrazos desprendida.

Es sonreír con lágrimas  de gozo.

Es un llorar de amor hasta la risa.

 

Dame, Jesús, desde tu cruz un beso

como el mar nos regala con su brisa

y junte nuestra tierra con tu cielo

y regale por  siempre a esta tu niña

el abrazo de Dios que hace del hombre

un  dios de amor nacido de una herida.

 Pedro Miguel Lamet

Segundo poema, un soneto de Juan, el discípulo amado, del Tríptico de la Pasión dedicado a los tres personajes evangélicos que permanecieron fieles a Jesús hasta la muerte.

PALABRAS DE JUAN AL PIE DE LA CRUZ


 

Bájate, Jesús y ven conmigo,

volvámonos   ahora  a Galilea.

que aún  se mece la barca en la marea

añorando regreses como amigo.

 

Deja esa cruz, Maestro, y sé testigo

de un nuevo amanecer. Ven, pastorea

esa muchedumbre que jadea

sin pan, sin luz, sin agua, sin abrigo.

 

Llena mi noche con sólo tu mirada,

deja que apoye de nuevo mi cabeza

en tu pecho de amigo  que me abre

 

un camino de amor y de certeza:

“Ahí tienes a tu hijo, madre amada.

Ahí para siempre tienes a tu madre”.

Pedro Miguel Lamet

Tercera y última parte del Tríptico de la Pasión, dedicado a los tres grandes figuras evangélicas que permanecieron fieles a Jesús hasta su muerte: María, su Madre.

PALABRAS DE MARÍA DOLOROSA A SU HIJO MUERTO EN LA CRUZ


 

¿Qué te han hecho, Jesús, hijo del alma?

¿A dónde el odio y la envidia te han traído,

que tu cuerpo te sangra malherido

y una espada atraviesa mis entrañas?

 

¿Dónde fueron las risas de aquel niño

que jugaba en la puerta de mi casa?

¿Dónde partió mi joven carpintero,

dónde, muerto José, mi único amigo?

 

Te ha matado el poder, la fuerza bruta

que no sabe de luz, que solo mata.

Ya no puedo escuchar tu voz bendita

ni puedo acariciarte con mis nanas.

 

El tiempo se ha parado, todo es noche,

tus discípulos todos han huido.

No hay consuelo ni alivio. Pon tu calma

en medio del dolor, mira qué frío

 

llena al mundo de miedo y pesadumbre.

Todo pide que vuelvas con tu Pascua.

Resucita, Jesús, en tus hermanos

vuelve otra vez a tus campos y tu barca.

 

Siembra entre los hombres el alivio

de saber que la vida es tu Palabra.

Repártenos tu Pan, danos tu Vino,

confirma que el Amor todo lo salva.

 

¡Vuelve a mostrarnos de nuevo tu camino!

¡Ven, Jesús, resucita! ¡Maranatha!

Pedro Miguel Lamet

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