lunes, 8 de diciembre de 2014

Inmaculada Concepción

 
DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
 
 
 
 
 
Ella, desde el momento en que fue concebida por sus padres, por gracia y privilegios únicos que Dios le concedió, fue preservada de toda mancha del pecado original.

La devoción a la Inmaculada Concepción es uno de los aspectos más difundidos de la devoción mariana. Tanto en Europa como en América se adoptó a la Inmaculada Concepción como patrona de muchos lugares.

María tiene un lugar muy especial dentro de la Iglesia por ser la Madre de Jesús. Sólo a Ella Dios le concedió el privilegio de haber sido preservada del pecado original, como un regalo especial para la mujer que sería la Madre de Jesús y madre Nuestra.

Con esto, hay que entender que Dios nos regala también a cada uno de nosotros las gracias necesarias y suficientes para cumplir con la misión que nos ha encomendado y así seguir el camino al Cielo, fieles a su Iglesia Católica.




Virgen Inmaculada,
a los ojos de Dios eres hermosa, la más perfecta
y las más santa de todas las criaturas.
Tu alma jamás fue oscurecida por la sombra de una sola mancha,
y toda la rabia del infierno
se agotó en vano contra tu hermosura.
Pasaste por entre los pecados y miserias morales de nuestra tierra,
y no dejaste en ella
sino la silueta de una pureza intacta,
Porque Dios estableció en ti
el santuario más oculto
y más fuerte de su amor.
El había tomado posesión de ti
para formarte un rostro
que reflejase de una manera ideal
María, en la espera del día
en que veamos a esta luz,
tu rostro glorioso,
queremos contemplar tu belleza
con los ojos de la fe,
y llenar nuestra mirada terrena
de este esplendor celestial.
¡Que, seducidos por una hermosura tan espiritual,
seamos arrastrados, pobres pecadores,
hacia la perfección de tu ideal!
Virgen llena de gracia,
reflejo puro de la perfección de Dios,
pareces estar tan encima de nosotros,
a una altura inaccesible.
Y, sin embargo, nos eres muy cercana,
porque tu privilegio de Inmaculada
lo recibiste para nosotros.
La plenitud de gracia que habita en tu alma
es sólo para que se desborde sobre nosotros,
y para asociar nuestra suerte a la tuya.
En ti encontramos la Providencia de Dios,
que crea en nosotros nuestra santidad
ante de todo mérito de parte nuestra.
En ti adivinamos el inmenso amor de Dios
que busca apoderarse hasta el fondo de nuestros corazones.
En ti captamos la voluntad del Señor
de hacer de nuestras almas
instrumentos suyos
para la transformación del mundo.
En ti se dirige a la humanidad
y a cada uno de nosotros
un llamamiento a una santidad integral.
En ti el triunfo del bien sobre el mal
nos muestra la posibilidad de resistir
a las tentaciones
y de vencer las fuerzas del pecado.
La gracia de tu Inmaculada Concepción
ennoblece a todos los hombres
y eleva a nuestro mundo.
¡Que el ver esta gracia
nos llene de confianza
y que abra nuestra alma
a la perfección que Dios quiere de nosotros!

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