miércoles, 22 de febrero de 2012

Evangelio comentado. Miercoles de Ceniza


Queremos seguir anunciando el Evangelio a todos los hermanos y devotos de nuestra Cofradía, para ello hemos solicitado un comentario sobre los mismos para los cinco domingos de Cuaresma.

Para hoy Miércoles de Ceniza, el comentario sobre el Evangelio de San Mateo nos lo ofrece nuestro Director Espiritual el Rvdo. P. D. Pedro José Rodríguez Molina.

En este primer envío queremos agradecer la participación de todos los colaboradores e informaros que la misma esta abierta a todos los hermanos y devotos que quieran participar aportando su comentario.


- MIÉRCOLES DE CENIZA -

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6.1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»

Palabra del Señor.

Comenzamos la Cuaresma

Con la celebración del Miércoles de Ceniza iniciamos, un año más, la Cuaresma. Es tiempo de ajuste, de reflexión, de saber y corregir lo que nos separa del Señor y de Redención. Y una vez comprendido lo que nos desune, es el tiempo propicio para reconciliarnos con Dios -y acudir al Sacramento de la Penitencia-, así podremos seguir de cerca de Jesús del Tabor al Calvario y luego a la Gloria.

Es un camino de amor. No puede ser interpretado de otra manera. Hemos de aprovechar este tiempo fuerte para convertirnos y difundir el Evangelio. En la imposición de la ceniza el Miércoles de Ceniza se nos dice claramente: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Y ese versículo tan breve es todo un programa para nuestro trabajo en Cuaresma.

En la primera lectura de la misa de hoy se lee: Ahora dice el Señor: «convertios a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertios al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad». El Señor quiere que nos desapeguemos de las cosas de la tierra para volvernos a Él. Quiere que retornemos a la Fuente de la Vida y de la alegría: Jesucristo mismo es la gracia más sublime de toda la Cuaresma. Es el mismo quién se nos presenta ante nosotros en la sencillez admirable de los Evangelios.

En el Evangelio de este día se nos dan tres ejemplos del secreto sin el cual no veremos a Dios: actuar sólo para él, sin querer que alguien lo sepa, y de tal manera que nosotros mismos lo olvidemos pronto. El Señor critica a los que se hacen notar cuando realizan buenas acciones, cuando rezan o cuando ayunan.

Es difícil tal vez no actuar para los demás, pero es mucho más difícil hacer el bien sin mirarse a sí mismo; sin embargo, ese es el secreto que nos abre la puerta de la presencia de Dios. Jesús afirma que el ayuno no tiene valor si buscamos el aprecio de los demás más que el de Dios.

Hagamos propósitos en este miércoles que comienza el tiempo de Cuaresma de acercarnos más al Señor. De convertirnos a Él. De seguir las recomendaciones que San Pablo nos da en la segunda lectura de hoy cuando nos dice: «Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios… pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación».

Un camino al encuentro del Señor, que el Jueves Santo nos deja su Mandamiento de amar como Él nos ha amado. Y el Viernes Santo nos enseña su propia muerte cómo Él nos ha amado hasta dar la vida. El Padre Dios, resucitando al Señor Jesús, nos dice que Él refrenda ese mandamiento y esa muerte por amor.

Vamos a reencaminar nuestras vidas por el camino de la sobriedad y la austeridad, recortemos los gastos inútiles, pero con un fin: ayudar más a los demás. Vamos a dejar de perder nuestro tiempo, para dedicarlo a la oración y a los demás. Vamos a dar y darnos: dar cariño, alegría, oídos, compasión, compañía, ayuda económica al que la necesita.

Este es el ayuno, que según el profeta Isaías, Dios quiere de nosotros. Y así nuestra Cuaresma será feliz, porque es más feliz el que da que el que recibe

ORACIÓN

Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma,
para que nos mantengamos en espíritu de conversión;
que la austeridad penitencial de estos días nos ayude
en el combate cristiano contra las fuerzas del mal.
Por Jesucristo nuestro Señor.

AMEN.


Rvdo. P. Pedro José Rodríguez Molina
Director Espiritual

No hay comentarios:

Publicar un comentario