domingo, 18 de febrero de 2018

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA




Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15. 

En aquel tiempo el Espíritu empujó a Jesús al desierto. 

Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían. 

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: 

—Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.  

PALABRA DE DIOS
La meditación, nos la ofrece nuestro Hermano Rvdo. Sr. D. Pedro José Rodríguez Molina, pbro. Párroco de San Juan Bautista de Aznalfarache de Sevilla 

M E D I T A C I O N
“Está cerca el Reino de Dios”
La Buena Noticia en este primer domingo de Cuaresma, nos presenta las tentaciones del demonio a que estamos sometidos todos, pero que el Señor Jesús vence triunfando sobre el pecado y el demonio.  

El tiempo de Cuaresma que comenzó esta semana con la celebración del Miércoles de Ceniza, tiene como telón de fondo el relato del Evangelio de hoy. Jesús, antes de comenzar los años de su vida pública, movido por el Espíritu Santo se retira al desierto, en total ayuno durante cuarenta días, al final de los cuales es tentado. 

La Iglesia quiere que antes de celebrar el misterio de la Pascua del Señor -su Pasión, Muerte y Resurrección- nos preparemos mediante la acción del Espíritu Santo, por la oración y la penitencia, a fin de que, purificados podamos recibir los frutos de la Redención. 

La Cuaresma es tiempo de  limosna, ayuno y oración. Son los tres pilares de la Cuaresma y son la consecuencia y el fruto de la conversión. Jesús nos lo ha dicho: “Cuando hagáis limosna…cuando oráis…cuando ayunáis” (Mt 6,2.5.16).   

En la narración de las tentaciones son utilizados dos símbolos muy importantes para los judíos: el desierto, camino de discernimiento y encuentro con uno mismo y con Dios; y los cuarenta días, tiempo de purificación. 

Así, pudiéramos decir que este caminar de Jesús a través del desierto le sirvió para enfrentar las tentaciones que pudieran haberle estorbado para cumplir su vocación como Hijo de Dios y Salvador de los hombres. 

En este caminar, Jesús busca responder con las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad a las tentaciones que el demonio le fue planteando en su discernimiento personal. Jesús nos invita a nosotros a la fe y a la conversión. No demos la espalda al Señor ni nos hagamos indiferentes ante la llamada de Jesús: “convertíos y creed en el Evangelio”.  

Buen programa para nuestra Cuaresma será fortalecer la fe y rectificar todo lo que no es conforme con el proyecto de Dios en cada uno de nosotros. También nosotros sentimos la tentación: el tener, el éxito, el poder…nos tientan.  

Es una práctica espiritual muy beneficiosa el examen de conciencia diario. Es decir, comenzar por "ponerle nombre" a las tentaciones que más nos acechan en nuestra vida y nos alejan del Señor. Esto es muy importante, pues así sabremos que no luchamos contra algunas ideas abstractas o "falsos demonios" sino contra actitudes concretas que nos impiden vivir plenamente el Evangelio. 

Tengamos siempre presente que contamos en todo momento con la gracia de Dios para vencer cualquier tentación. Pero para ello, también necesitamos armas para vencer la batalla espiritual. Y esas armas son la oración, la Santa Misa y el Sacramento de la Penitencia, la humildad del corazón y una profunda devoción a la Santísima Virgen. 

Esta cuaresma que iniciamos es un tiempo privilegiado precisamente para "enderezar el camino", para arrepentirnos de nuestras faltas. Es también el tiempo del Espíritu, pues así como impulsó a Jesús a adentrarse en el desierto, nos impulsa también a nosotros a renovar nuestra relación con el Señor.  

Miremos la Santa Cruz, esa ha de ser la medida de nuestro amor; si no lo estamos viviendo así, es porque algo tenemos que mejorar en nuestras vidas. Pidamos al Stmo. Cristo del Perdón la gracia de una verdadera conversión.   

O R A C I O N
Que la Santísima Virgen del Rosario, que ha compartido los Misterios Dolorosos de la Pasión y luego experimentó con alegría de la Resurrección, nos acompañe en esta Cuaresma hacia el misterio de la Pascua. Que ella nos proteja, nos mire con ternura e interceda por nosotros. 

N.H. Rvdo. Sr. D. Pedro José Rodríguez Molina, pbro.
Párroco de San Juan Bautista de Aznalfarache de Sevilla
En nombre de la Junta de Gobierno de esta Venerable Cofradía queremos agradecer la colaboración de nuestro hermano el Padre Pedro.


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