Oraciones Diarias
Belén Napolitano. Autor Luis E. Gonzalez Rey. Particular. Cádiz.
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Mientras estaban allí, se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc 2, 6-7)
ANTÍFONAS DE LA O - III
del tronco de Jesé,
que te alzas como un
signo por los pueblos,
ante quien los reyes
enmudecen
y cuyo auxilio
imploran las naciones,
VEN
a librarnos, no
tardes más
Qué milagro ver las flores y las
espigas en cada primavera! ¡Qué milagro que los árboles se carguen de fruto
cada año! ¡Qué milagro cada renuevo y cada retoño, cada niño y cada cría! ¡Qué
milagro la vida!
Pero si nace un retoño de un tronco
viejo ¿qué podemos decir? Eso ya supera las fuerzas de la naturaleza, hay que
admirar y alabar. Como lo hizo Abraham, cuando en su ancianidad engendró al
hijo de las promesas. Como David, a quien se le prometió una descendencia
gloriosa interminable.
Del viejo tronco de Isaí, padre del rey
David, brota un Renuevo lleno de gracia y de espíritu. «Reposará sobre él el
espíritu de Yahveh, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y
fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh» (Is 11, 2).
Será un líder maravilloso, revestido de
justicia y misericordia. Será como un signo favorable para los pueblos, como un
arco iris, como un buen horóscopo, anuncio cierto de salvación. Tiene en sus
manos el secreto de la ciencia y de la paz. Todos los príncipes y sus
consejeros, todos los sabios e investigadores, quedarán pasmados ante él.
Todas «las gentes lo buscarán» (Is
11,10) y todas las naciones solicitarán su visita. Será la admiración del mundo
y tendrá millones de "fans" por todas partes.
Y es verdad. Todo el mundo está como
esperando un gran Salvador, un líder ideal, que llene de ánimo y de esperanzas.
La gente está necesitada de ilusión y de esperanzas. Sufrimos desencanto tras
desencanto, decepción tras decepción. Se prometen cosas, y todo queda en
palabras y buenas voluntades. Se habla de cambio, para que todo siga igual. Lo
que hoy más necesitamos es una esperanza nueva. Necesitamos organizaciones
nuevas y políticos nuevos. Necesitamos un hombre divino, pero que sea de
nuestra raíz y nuestra raza, que brote de nuestro árbol.
Por eso,
ven, Renuevo maravilloso del tronco de
Jesé, ven enseguida a librarnos de esta tristeza,
ven, Príncipe ideal.
Ven, Renuevo,
a renovarlo todo, a hacer un mundo nuevo,
«una tierra nueva, en la que habite la justicia».
RAFAEL
PRIETO RAMIRO
VEN... ADVIENTO Y NAVIDAD
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