Oraciones Diarias
La Huida a Egipto. Autor El Greco. Museo Nacional del Prado |
Después de que ellos se hubieron marchado, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". El se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, se fue a Egipto. (Mt, 2, 13-14)
A N T I F O N A S
D E L A O - VI
imploramos tu venida,
oh gran Deseado,
para que nos enseñes los caminos de la unidad.
y reparar las brechas que se han producido a lo largo del tiempo. Ven, Rey de Reyes,
a coser nuestro mundo roto
con los hilos del diálogo y de la solidaridad.
pero capacitado para convertirse en piedra preciosa
o en recipiente de tu espíritu de amor.
A N T I F O N A S
D E L A O - VI
OH REY
de las naciones
y deseado de los
pueblos,
Piedra angular de la Iglesia ,
que haces de los dos
pueblos uno solo,
VEN
y salva al hombre
que formaste del
barro de la tierra
Todas las naciones quisieran
integrarse, no en un imperio dominador y unificador, sino en una organización
unitaria, pero respetuosa, que se construya desde la solidaridad y la
subsidiariedad. Las Naciones Unidas no han llegado todavía a satisfacer las
aspiraciones y necesidades de los pueblos. Vivimos en un mundo roto, desgarrado
por fuerzas muy diversas. Existen bloques antagónicos, naciones prepotentes,
abismos entre unos pueblos y otros. Hay por todas partes guerras y conflictos,
tensiones totalitarias y luchas tribales. No se llega a la unidad verdadera, ni
siquiera dentro mismo de un Estado, esa unidad que respete la justa autonomía y
la necesaria solidaridad, que favorezca la rica diversidad sin llegar a la
desintegración.
Miramos con emoción a ese Rey y Deseado
de las naciones, que hace de dos pueblos uno solo; que es capaz de destruir
todos los muros y murallas que separan y aíslan a los pueblos; que consigue
hacer que se entiendan y hablen la misma lengua los antiguos constructores de
torres babilónicas. No sólo hace de dos pueblos uno, sino que es capaz de
unificar a todos los pueblos; pero una unidad que no mata la diferencia, una
unidad armoniosa, pluriforme y liberadora.
Es capaz de hacer de todos los pueblos
y razas una sola familia, en la que todos se sientan como hermanos verdaderos.
Como anticipo de esta realidad, como
maqueta de este ambicioso proyecto, como semilla del mundo deseado, este
Deseado construyó un edificio precioso, pequeño pero emblemático, del que él
mismo es la Piedra
angular. Lo llamamos Iglesia, pueblo de Dios, familia integrada por miembros
distintos y distantes pero que se sienten misteriosamente unidos por un mismo
aliento espiritual.
Animados por estas realidades,
aunque no llegan a ser todavía
perfectas, imploramos tu venida,
oh gran Deseado,
para que nos enseñes los caminos de la unidad.
Ven, Piedra angular,
a unir más fuertemente a tu Iglesia y reparar las brechas que se han producido a lo largo del tiempo. Ven, Rey de Reyes,
a coser nuestro mundo roto
con los hilos del diálogo y de la solidaridad.
Ven a salvar al hombre quebradizo,
hecho de barro de la tierra pero capacitado para convertirse en piedra preciosa
o en recipiente de tu espíritu de amor.
RAFAEL
PRIETO RAMIRO
VEN... ADVIENTO Y NAVIDAD
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