Oraciones Diarias
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Ellos después de oír al rey, se marcharon; y la estrella, que habían visto en Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. Entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. (Mt, 2, 9-11)
A N T I F O N A S
D E L A O - V
La energía del espíritu es mucho más necesaria y mucho más poderosa que el sol y que todas nuestras centrales nucleares. De estas energías espirituales son de las que el mundo está más necesitado. La fe es, por ejemplo, una energía espiritual que mueve montañas y hace milagros, una luz capaz de disipar todas las tinieblas de la noche. Y el amor, sobre todo el amor, es el verdadero sol de la tierra, es la hoguera que todo lo enciende, todo lo enardece, todo lo anima, todo lo alegra, todo lo vivifica.
te pedimos, oh Sol resplandeciente,
que vengas a iluminarnos y llenarnos de vida.
tú resplandeces con esa gloria bondadosa de la luz eterna;
tú estás cargado con la energía inmensa del Amor vivificante.
Ven a disipar las tinieblas de nuestra noche
y a calentar el frío de nuestro invierno;
ven a poner un poco de tu fuego en la tierra;
ven a rescatarnos de nuestras agonías y nuestras muertes.
Oh Sol-Amor, ven.
A N T I F O N A S
D E L A O - V
OH SOL,
que naces de lo
alto,
Resplandor de la luz
eterna,
Sol de justicia,
VEN
ahora a iluminar
a los que viven en
tinieblas
y en sombra de
muerte
Muchos pueblos primitivos adoraban al
sol, como padre de vida y fuente de energía. Muchos romanos, no tan primitivos,
celebraban a finales de diciembre, cuando los días empiezan a ser más largos,
el nacimiento del sol invicto, siempre triunfador del frío y las tinieblas. Nosotros
mismos admiramos la fuerza y la belleza del sol, que tanto se necesita. Pero
hoy necesitamos otros dioses solares. Hoy necesitamos otras fuentes, más
poderosas que nuestro sol, de luz y energía. A pesar de este sol espléndido, a
pesar de toda nuestra iluminación artificial y de nuestras cómodas
calefacciones, el mundo sigue en tinieblas y el mundo muere de frío.
La energía del espíritu es mucho más necesaria y mucho más poderosa que el sol y que todas nuestras centrales nucleares. De estas energías espirituales son de las que el mundo está más necesitado. La fe es, por ejemplo, una energía espiritual que mueve montañas y hace milagros, una luz capaz de disipar todas las tinieblas de la noche. Y el amor, sobre todo el amor, es el verdadero sol de la tierra, es la hoguera que todo lo enciende, todo lo enardece, todo lo anima, todo lo alegra, todo lo vivifica.
Echamos de menos -¡qué tristeza!- la
fuerza de este sol en tantas regiones de nuestros espíritus. Nos envuelven las
tinieblas del odio, de la insolidaridad, de la división. Nos enfrían cada vez
más los vientos helados de la violencia y el resentimiento.
El amor es también la vitamina más
completa para alimentar nuestra vida. Hoy padecemos un formidable
debilitamiento anímico, por falta de esta vitamina, y nos encontramos en
situaciones agónicas.
Desde nuestra noche y nuestro frío,
desde nuestro debilitamiento vital, te pedimos, oh Sol resplandeciente,
que vengas a iluminarnos y llenarnos de vida.
Tú eres llama viva,
desprendida de esa hoguera infinita que
es Dios; tú resplandeces con esa gloria bondadosa de la luz eterna;
tú estás cargado con la energía inmensa del Amor vivificante.
Ven a disipar las tinieblas de nuestra noche
y a calentar el frío de nuestro invierno;
ven a poner un poco de tu fuego en la tierra;
ven a rescatarnos de nuestras agonías y nuestras muertes.
Oh Sol-Amor, ven.
RAFAEL
PRIETO RAMIRO
VEN... ADVIENTO Y NAVIDAD
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